sábado, 25 de octubre de 2008

El Malecón

Una vez más estoy aquí tendido en el pasto, mirando el cielo gris de Lima y escuchando el mar. Estoy en el malecón esperando que el viento se lleve mi tristeza, cierro los ojos y siento como la brisa toca suavemente mi piel y como poco a poco todo desvanece.

Una vez más estoy pensando en ella, en el dolor que siento por la manera en que todo terminó, en la cólera que me doy por ser tan orgulloso y esperar a que ella reconociera su error pero a la vez pienso: nunca quizo reconocerlo, yo la quise buscar y ella me alejó. Viendo bien las cosas el dichoso poema es del 7 de Octubre eso es antes de que se cumpliera un mes osea que me hicieron la pendejada también...

Un véz más siento odio por la impotencia de no poder hacer algo, de ver que es más feliz con otra persona que conmigo y claro si ya recibió su primer regalo caro, regalo que yo nunca le hubiese dado no por no contar con dinero si no porque siempre pensé que el dinero no puede demostrar el cariño, todo este tiempo creí que era con paciencia y dedicación.

Un vez más reviso ese último correo y pienso: ¿Por qué dices que siempre quisiste terminar?, ¿ no fui yo quien lo hizo la última vez y me estuviste rogando para que volvamos?

Un vez más pienso en que otro tipo de pendejadas me habrás hecho sin que me entere solo por dejarte ir a divertirte con tus amigas.

Un vez más pienso en lo solo que estoy, en que no tengo en quien apoyarme, en que no tengo conquien desquitarme. La soledad no es tan mala ya estoy acostumbrado a ella aunque siempre voy a extrañar el darle la contra a alguien y arreglar todo con un beso.

Un vez más pienso en: ¿Por qué me sigo torturando así? y no encuentro respuesta alguna, pienso que soy una persona a la que le gusta tocar el fondo y luego levantar con todas sus fuerzas.

Una vez más siento que me quedaré solo, no veo posibilidad alguna de que otra persona se tope en mi camino.

Una vez más siento que no necesito a nadie, la soledad es todo lo que tengo y siempre estará ahí esperandome. Cuando necesite hablar con alguien lo haré por Internet, cuando necesite tener sexo iré a un burdél cuando piense en tí cogeré la guitarra, sí aquella guitarra que últimamente solo me ha hablado de tí.

Una vez más vuelvo a abrir los ojos y ya no estoy tendido en el césped del malecón, otra véz estoy aquí escribiendo sobre tí y me hace dudar si es que realmente sucedió...

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